Hablando de viajes que marcan tu vida, no podemos dejar de hablar de Tanzania.
En este caso es Belén quien nos lo cuenta directamente, compartiendo lo que fue para ella y como lo vivió.
Para mí ha sido uno de los viajes de mi vida, me encanta la naturaleza y los animales y aquí no lo puedes sentir de mejor manera. Con los Lodges que están dentro de las distintas reservas, vas siguiendo la migración dependiendo de la época del año en la que viajes, por lo que se van tocando los distintos puntos para ver los animales y vida salvaje en todo su esplendor.
Yo estuve en el mes de marzo y empezamos la ruta en el parque nacional de Tarngire, donde empecé a emocionarme con la frondosa vegetación que nunca esperé ver en África y animales con los que fui encontrándome. Uno de los momentos mágicos fue disfrutar del anochecer africano y la fogata comunitaria alrededor de la cual compartimos nuestras primeras impresiones. Dormimos en un lodge Maweninga en medio de la naturaleza siempre bajo la protección de un Masai que velaba por nuestra seguridad no dejando que se acercaran demasiado los animales, lo que siendo sincera nos hacía sentir en buenas manos.
Después de un magnífico desayuno salimos dirección al lago Manyara una de las joyas paisajísticas de la zona, donde se puede disfrutar de bandadas de flamencos y cigüeñas, otra sorpresa africana. De camino al lago disfrutamos de un avistamiento de elefantes, que, aunque ya conozcamos por verlos en parques o zoológicos, verlos en manada y en vivo y en directo, casi formando parte de su hábitat, es algo indescriptible. Incluso llegamos a vivir unos momentos tensos al cruzarnos con una manada a la que impedíamos el paso, por lo que el jefe de la manada tanteó por donde pasar con todo su clan y nos demostró que no le estaba gustando la situación. Se puede ver en la imagen por la posición de alerta de sus orejas.
Gracias a que los coches de los que disponen y sobre todo los guías son fantásticos, amables, resolutivos y conocedores de la fauna y flora tanzana, no sentimos peligro en ningún momento
De camino al Ngorongoro hicimos noche en Lodge Bashay Rift, que tenía electricidad, algo inusual en los otros lodge y que me hizo muy feliz a mí y sobre todo a mi pelo al poder usar el secador. Habitaciones con baño con una decoración autóctona de muchísimo gusto. Además, las vistas eran increíbles, nos mostraban los paisajes verdes africanos tan desconocidos.
Al llegar al mirador del Ngorongoro pudimos ver la majestuosidad e inmensidad del cráter extinto, hogar de los 5 grandes de África.
Hicimos un descanso para comer a la sombra de las acacias un fantástico bufé con comida típica africana con cerveza Serengeti, más local imposible. Esto si que es vivir al 100% África.
De este momento de esparcimiento nos dirigimos a Olduvai camp, considerado el lugar de origen de la humanidad a 1.400 metros de altitud, donde disfrutamos de una velada contemplando las estrellas alrededor de una fogata amenizados con una danza típica tanzana.
Seguimos el safari fotográfico hacia el parque nacional del Serengeti con varias aventuras con los vehículos que fueron superadas con ayuda de un tractor. Pasamos al lado de la piedra en la que el Rey León de Disney contemplaba sus dominios.
Hicimos noche en Ronjo camp, en el corazón del Serengeti y se puede visitar en cualquier época del año. Viendo las estrellas pudimos utilizar la aplicación del móvil Skyview y localizar las constelaciones. Los cielos nocturnos de áfrica son una maravilla que no debes perderte.
Por fin nos encontramos con un grupo muy grande de hipopótamos en una estribación del río Seronera, una imagen única y sorprendente, sobre todo cuando los ves pelearse. Os adjunto foto para que los veáis, aunque nunca llega a captarse su grandeza en foto.
Llegamos a Grumeti Hills, lodge ubicado en la reserva de Grumeti, justo colindando con el parque nacional del Serengeti, donde tuvimos el inmenso placer de refrescarnos en su piscina disfrutando al tiempo de las vistas y el entorno de Grimeti. Para terminar nuestro intenso día, hicimos un safari nocturno terminando con una fabulosa cena en la sabana, siendo escudriñados por los animales del entorno, lo que dotaba de cierta magia el momento, eso sí siempre bajo la atenta mirada de los masai protectores.
Como broche de cierre nos prepararon un desayuno campestre en el que no faltaba detalle. Nuestra vuelta fue del todo emocionante al volver sobrevolando la sabana africana. Un último adiós grandioso. Y con gran pena de mi corazón aquí termino esta gran experiencia singular.
Para imagen de apoyo al cierre, os enseño la foto de como me sentí durante todo este viaje: libre, feliz…flotando
Me despido adelantándoos una primicia, la empresa con la que trabajamos este destino es la primera empresa en Tanzania que utilizara a partir de junio de 2018 coches eléctricos en nuestros Safaris, empezaremos a probarlos en la Reserva de Grumeti. Nos encanta poder trabajar por la sostenibilidad y así intentar proteger al máximo estas maravillas que nos proporciona la naturaleza.
¡¡ Hasta la próxima¡!
No puedo dejar de subir estas otras fotos, y ni os cuento las que se quedan en el cajón…
Nota:
*El gobierno de Tanzania ha establecido precios elevados para evitar los estragos del turismo masivo. La naturaleza es, por tanto, más salvaje y hay menos gente en sus parques naturales