AAAAHacía tiempo que soñaba con viajar a Irán. Para mí Irán ha representado siempre el culmen de la civilización junto con Mesopotamia y Egipto. Mi destino de viaje de luna de miel fue Egipto, en la primavera de 1986, una época difícil pues el presidente Reagan acababa de bombardear Libia y la sexta flota fondeaba a sus anchas por el Mediterráneo. Egipto estaba vacío de turistas y los temperamentos árabes estaban crispados. Aun así, mi marido y yo pasamos un mes descubriendo el país de los faraones.

AAAADe Persia todo lo que sabía era a través de libros y de personas iraníes que se vieron obligadas a abandonar el país tras la Revolución Islámica de 1979. Eran tales su pena, su nostalgia y su enfado con el nuevo régimen que resultaba difícil esperar de ellos una visión objetiva del país.

AAAACuando pasé a formar parte de la Asociación de Damas Diplomáticas Árabes pensé que sería viable un viaje a Irán, siendo una de las premisas de la asociación el crear un espacio de encuentro y de diálogo entre el mundo árabe y otros países. Nunca se planteó… Sin comentario. También el islam necesita de ecumenismo entre sus diferentes líneas de pensamiento.

AAAAUn buen día conocí a Ana María Tutzó y ahí vislumbré la posibilidad de emprender la aventura. Con ella visité Líbano, India, Armenia, Georgia, Polonia y Hungría. Solo ella podía ayudarme a llevar a cabo el sueño que siempre acaricié. Accedió y en poco tiempo teníamos grupo, cosa no tan fácil en estos difíciles momentos que está atravesando España.

AAAAEl día 26 de mayo un grupo de 15 personas, todas señoras, emprendimos viaje a uno de los destinos más exóticos del mapa: Persia.

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AAAAEl día 27 de mayo iniciamos nuestra visita. Nuestra primera parada fue el Palacio Golestan, un complejo de palacios de la época Qajar. Tanto el palacio como los jardines son Patrimonio de la Humanidad.

AAAACon calor y buen apetito fuimos a un restaurante en el centro donde saboreamos nuestra primera degustación de la comida iraní. Después de la comida, la mayoría nos fuimos al museo de las alfombras donde nos ilustraron sobre el arte de tejer y teñir la seda así como la importancia del número de nudos en la confección de las mismas.

AAAAA las 17 horas estábamos todas preparadas y muy elegantes para la visita a la Residencia de España en Teherán. Allí nos esperaban el embajador, Pedro Villena y su esposa Zita Loesaus-Polus. Fue un recibimiento caluroso y entrañable. Nos recibieron con una pequeña orquesta de jóvenes músicos-compositores que nos deleitaron con música persa tradicional ejecutada con instrumentos antiguos y desconocidos para nosotros como el tanbur (un instrumento parecido al laúd y considerado instrumento sagrado por los kurdos), la cítara de tres cuerdas, el santur (de origen asirio-babilónico de cuerda percutida en el que se golpean cuerdas dispuestas en horizontal), el daf (una especie de pandereta grande), y el zarb o tombak (un instrumento de percusión a base de una piel unida a un embudo de cerámica).

AAAAAl día siguiente, miércoles 28 visitamos el Museo Nacional donde se concentran los restos antiguos más importantes del país. Posee, sin duda alguna, valiosísimas piezas arqueológicas e históricas, pero adolece de buenas explicaciones en una lengua franca y un detallado orden cronológico. Debe de influir en esto la falta de medios y el escaso turismo que ha tenido el país hasta ahora.

AAAADel Museo Nacional nos dirigimos hacia el Museo de Vidrio y Cerámica. Se trata de un bello edificio de mediados del siglo XIX. Sin embargo, no cuenta con una amplia colección.

AAAATras una pausa para comer y descansar del calor fuimos al Palacio de Saad Abad o Palacio Blanco del Príncipe. Actualmente es el Museo de la Nación. Fue construido entre 1931 y 1939 Y entre otras piezas de valor pudimos observar la espada de Simón Bolívar. Todo el ensolado es de mármol verde, característico de Yadz y está cubierto por inmensos tapices. El mobiliario es totalmente europeo-francés. En el primer piso contemplamos pinturas murales que representan escenas de caza inspiradas en epopeyas iranias. En el exterior llaman poderosamente la atención un par de piernas calzadas en botas de bronce que son el resto de una estatua de Reza Shah, fundador de la dinastía Pahlevi.

AAAAA continuación, fuimos al Bazar (que tan solo atravesamos) para llegar a la mezquita del Imán Khomeini. Fue nuestra primera puesta de chador y consiguiente dificultad para cubrir el cabello. El templo fue construido durante el reinado del shah Fath Ali en 1808. La estructura es la clásica de la mezquita iraní, con cuatro iwanes colocados de forma axial en tomo a un patio central con su estanque. Todo el conjunto está revestido de azulejos de color azul y amarillo.

AAAAA la salida, una señora de mediana edad se me acercó con una deslumbrante sonrisa y me regaló 15 rosarios de color amarillo. Quiero pensar que todas los conserváis…

AAAAPartimos a Shiraz, la capital de la provincia de Fars, el mismo miércoles 28, en el vuelo de las 21: 15 de la noche. Llegamos justos de tiempo debido a la hora punta. Finalmente, el vuelo se retrasó. Cenamos a bordo y al aterrizar solo pensábamos en una buena ducha y en irnos a la cama. Nos alojamos en el Homa, hotel de cinco estrellas. Tras el habitual revuelo de reparto de habitaciones y peticiones de código Wifi todo el grupo se retiró a sus hitaciones a descansar.

AAAASeguimos nuestro camino para dirigimos a la Madrassa de Khan, fundada en 1615 por el gobemador de Fars, el Irnam Quli Khan. Se restauró en numerosas ocasiones durante la época Qajar y hoy sigue en uso. Era una especie de Academia de Platón. En ella enseñó Mola Sadra Shirazi, uno de los filósofos más importantes del s.XVII. Los árboles y las flores hacen de su patio interior un remanso de paz y silencio. La fachada y los iwanes del patio interior están bellamente decorados.

AAAALa Mezquita Nassir al Molk es de arquitectura Qajar, no posee más que dos iwanes. Una de las salas de oración tiene unas columnas trenzadas iluminadas por vidrieras que proporcionan un arcoíris espectacular a todo el lugar. El colorido y decorado de las cerámicas que la adoman dan testimonio de una bella y dulce decadencia.

AAAAA continuación, nos dirigimos al Palacio de Narenjestan-Ghavan. Detrás de un portal tan modesto se esconde tan extraordinario palacio. Un hermoso salón de espejos se abre al patio. Hay pinturas figurativas por doquier, pero merecen mención las del techo de la habitación de las mujeres y el Hammam. Éste está decorado con pinturas y ha sido transformado en salón de té y en restaurante. A su lado hay una cistema y una chimenea de ventilación también de la época del shah Karim Khan.

AAAALos iraníes no rinden culto a sus héroes militares ni a sus hazañas. Lo hacen, sin embargo, a sus poetas, a sus místicos, a sus filósofos. Ello lo constatamos visitando los bellos mausoleos en mármol del gran Hafez y del gran Saadi.

AAAAHafez, sobrenombre de Mohammad Semsu od Din, es considerado una de las máximas glorias de las Letras Persas. Su pseudónimo significa «el que sabe de corazón». Recitaba de memoria el Corán de principio a fin y a la inversa. Dedicó su vida a la mística y al sufismo. Su vida ejemplar le dio fama de santo y su tumba es cada ano destino de peregrinos de todo el país.

AAAALa tumba de Hafez se compone de una pequeña cúpula que reposa sobre ocho columnas, cobijo de una sepultura de mármol bellamente decorado con caligrafías coránicas. Data de la época Zands. La tumba está emplazada en un jardín secreto que in ira al recogimiento, al lloro, a la risa, al agradecimiento, a las peticiones y a la oración. Hafez mismo decía que su tumba sería un lugar de peregrinación de todos los sabios.A

AAAASaadi, el más inmortal de los poetas de Shiraz, recibió una sólida y refinada formación en  Bagdad. Se le considera el mejor poeta de Irán y uno de los mejores poetas del mundo islámico. Sus obras El Vergel y La Rosaleda hacen referencia a la naturaleza y a las flores y se han traducido a muchos idiomas. Su mausoleo es otro lugar «sagrado» para el pueblo iraní. Fue construido en 1952 por André Godard, un arqueólogo francés. Es lugar de peregrinación desde hace siglos. Un estanque subterráneo en el sótano contiene pececillos consagrados al poeta. La creencia popular dice que no se pueden coger pues significaría una muerte inmediata.

AAAAShiraz es una ciudad de poesía y una ciudad religiosa, destino de peregrinos. Visitamos su principal edificio por la mañana: el mausoleo de Sha-e Cheragh (el Rey de la Luz). Fue enterrado en Shiraz y con el tiempo su tumba se convirtió en el lugar más venerado del país. La primera tumba fue construida en el s.XIV, pero el edificio actual corresponde al s.XIX.

AAAAPor la noche tuvimos, podríamos decir, la cena de gala del Viaje. Por recomendación y prusiana insistencia de Zita (la esposa del embajador), el tour operador nos llevó al mejor restaurante de Shiraz: el Haft Khan. El edificio tenía varios pisos y en cada uno la decoración variaba de estilo y el tipo de comida, también. Nosotros cenamos en la planta sótano decorada a Las mil y una noches: en un espacio muy amplio se distribuían varias plataformas redondas elevadas del suelo y sostenidas por un eje central. Descalzas accedimos a ellas y sentadas sobre alfombras con las piernas cruzadas y acodadas sobre cojines a la manera de la corte de Harun al Rachid degustamos el plato típico de Irán. Las risas y los comentarios fueron lo mejor de la cena, sobre todo cuando Morteza, que cenó en nuestra plataforma, nos comentó que frente a nosotros estaba cenando un alto miembro del Consejo de Seguridad Nacional Supremo y todas nosotras llevábamos el pañuelo medio caído. Nos encantó la cena a base de humus y otras salsas y pollo con ciruelas acompañado de arroz. Sacamos fotos y pude ver que todas nosotras estábamos contentas y disfrutando de la noche.

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