Nos desplazamos hacia Agrigento para conocer una de las maravillas sicilianas, El Valle de los Templos. Los restos de la ciudad helenística y posteriormente púnica-romana, los imponentes templos dóricos -casi intactos-, las ágoras, las necrópolis paganas y cristianas y la densa red de acueductos subterráneos, constituyen la riqueza de un lugar que se extiende a lo largo de 1300 hectáreas y que cuenta una historia milenaria iniciada en el siglo VI a.C. con la fundación de la antigua colonia griega de Acragas. Cuenta con ocho templos que conocimos de la mano de Giovana una guía excepcional..

Si a esta maravilla le sumas la posibilidad de descansar en el hotel Villa Athena con inmejorables vistas del Valle de los templos desde sus habitaciones y acceso directo para recorrer el valle, lo convierte es un lugar único. Disfrutamos de un descanso tomándonos algo en la terraza y disfrutando de las vistas del templo de la Concordia. Un lujazo en toda regla.

height=»167″ />A pesar de que el día no nos acompañó, como podéis apreciar en las fotos, lo que vimos es tan extraordinario que no nos importó nada el mal tiempo. Para comer nuestra guía nos recomendó un restaurante que ya sólo por como está decorado y por las vistas que tiene sobre el valle de los Templos nos enamoró.

 

Al día siguiente fuimos camino de Ragusa pasamos por Piazza Amerina y Caltagirone. En CaltagironCaltagirone. En Caltagirone.Caltagirone. En Caltagirone.Caltagirone. En Caltagirone.e.

Al día siguiente fuimos camino de Ragusa pasamos por Piazza Amerina y Caltagirone. En Piazza Amerina hicimos unavisita guiada en la espléndida Villa Romana del Casale. Estos son sin duda los mejores restos romanos en Sicilia y tiene la colección más sorprendente de mosaicos policromos. Lo que los hace tan increíbles es que no están en un museo sino in situ, tal como fueron colocados. Hay escenas de caza y escenas míticas más exóticas, y tanto los pisos como las paredes están cubiertos. Lo que más nos llamó la atención fueron las escenas en el gimnasio con chicas en bikinis, haciendo ejercicio y jugando a la pelota.

Hicimos una parada en Catalgirone, la denominada “Capital de la Cerámica”con un entramado de calles medievales -rehechas tras el terremoto de 1693- con fachadas barrocas donde apreciamos las maravillas ocultas de las que sin duda destacamos La famosa escalinata de Santa María del Monte con 142 peldaños, con diseños de cerámica totalmente diferentes, que representan escenas de la historia y la cultura siciliana, mezclando motivos folclóricos con grecas policromadas. Y por fin llegamos a nuestra adorada Ragusa, nos gano con su encanto y tranquilidad. Una “isla dentro de la isla” como la denominan los que la conocen bien. No puedo describiros lo que disfrutamos andando por sus callejuelas al anochecer e ir descubriendo maravillas en cada rincón.

disfrutamos andando por sus callejuelas al anochecer e ir descubriendo maravillas en cada rincón.

Dese aquí os recomiendo que vayáis descubriendo Ragusa paseando por sus calles, sin previa preparación para dejaros sorprender con cada una de sus maravillas, como nos pasó a nosotras. Uno de esos momentos fue al llegar por un lateral a a la piazza del Duomo di S. Giorgio y siguiendo por via 25 Aprile vimos los de palacios barrocos con sus ventanales abiertos mostrando su glamuroso interior. Como guinda a este paseo llegamos andando hasta el restaurante Monsú, tan agradable y acogedor como su dueña Héloise.

Volvimos dando un paso hasta el hotel donde pasamos la noche que está ubicado en la parte alta de Ragusa Ibla con una arquitectura muy peculiar ya que está excavado en la roca, lo que hace que sea un alojamiento único y original además de contar con una decoración ad hoc. Os lo mostramos para que podáis apreciarlo.

La mañana siguiente fuimos dirección Módica, muestra algunos de los más bellos ejemplos de arquitectura de la isla, dentro del estilo barroco siciliano. Forma parte del lugar Patrimonio de la Humanidad declarado por la Unesco en 2002 denominado «Ciudades del barroco tardío de Val di Noto. Empezamos nuestra inmersión en el barroco con la catedral de San Jorge, patrono de la ciudad. Aunque la catedral fue reconstruida después del seísmo de 1693, sus raíces se remontan a la Edad Media. El historiador de arte Maurizio Fagiolo dell’Arco ha declarado que tal iglesia podría ser inscrita entre las siete maravillas del mundo barroco.

Gracias a la simpatía de la gente siciliana, una señora nos habló sobre una iglesia muy poco conocida y pudimos conocer la que es considerada como la iglesia más antigua de Modica. La iglesia de San Nicolò Inferiore es uno de los ejemplos más significativos de arte rupestre en el sureste de Sicilia y fue descubierta por casualidad en el 1987 por Duccio Belgiorno. Antes que fuera descubierta, la iglesia era utilizada como un garaje privado y casi no se notaba debido a su posición en una calle típica de la ciudad vieja. Esta situación ha cambiado cuando algunos signos de pinturas comenzaron a aparecer debajo de la pared. La iglesia de San Nicolò Inferiore probablemente se remonta a la edad medieval temprana

Además de este maravilloso barroco, Módica también es muy conocido por su chocolate. Yo reconozco que la historia de la llegada del chocolate a esta ciudad me encantó, a lo mejor tiene mucho que ver con el orgullo español…El chocolate llegó a Sicilia en 1600 de manos de los españoles que colonizaron la isla durante el reinado de Felipe V y mantuvieron los mismos métodos de elaboración de los aztecas. Los ingredientes básicos de la receta incluyen la misma cantidad de azúcar que de pasta de cacao amargo además de canela o vainilla, así como la manteca de cacao que amalgama todos los ingredientes. Es delicioso, y los sabores con los que se combinan (pistachos, chiles…) son siempre sutiles, no se sobreponen al sabor principal del cacao. Una delicia súper adictiva, os aviso.
Como ejemplo os dejo una imagen de Belén disfrutando en una de las chocolaterías más famosa de Módica, Antica Dolceria Bonajuto.

Antes de acabar de contaros Módica quiero enseñaros un rincón que descubrí paseando y que me encantó, de ahí que le hiciera una foto. Algo que me sorprendió muy gratamente de Sicilia es que en cada rincón te sorprendes y vas descubriendo sitios maravillosos que ni te esperas.

Dejamos Módica para dirigirnos a Noto, la ciudad más importante del barroco siciliano, patrimonio de la Humanidad.
Realizamos la visita guiada del centro histórico de Noto. Entre todas las ciudades reconstruidas después del terremoto de 1693, Noto es indudablemente la mejor y más armoniosa, tanto que está clasificada como patrimonio de la humanidad por la UNESCO; el barroco más exuberante.
Gracias a nuestra fantástica guía descubrimos que Noto se llamada antiguamente Neas por sus habitantes, Neaton por los griegos y Netum por los romanos, fueron los árabes los que la dieron el nombre definitivo de Noto. El término árabe tiene el mismo significado que el italiano (Noto = Notorio, renombrado, famoso), como homenaje a la belleza y a la importancia de la ciudad. Con esto ya os lo he dicho todoTuvimos la suerte de encontrar sitio en una terraza para comer algo frente a La catedral de Noto. Una experiencia para los cinco sentidos. Aunque hay detractores por la restauración de la catedral, a nosotras nos encantó y tenemos un recuerdo estupendo de ese momento de descanso, cerveza fría en mano disfrutando de semejantes vistas.


Paseamos por sus calles y nos llamó la atención los dibujos hechos en tiza sobre los adoquines de la calle. Nos informaron que eran los dibujos previos para la decoración con flores para la famosa Infiorata di Noto en mayo. Lo que daría por poder verla, tiene que ser impresionante. Como referencia os dejo el boceto en el suelo y un después de como luce este arte floral.

De vuelta a Ragusa fuimos a cenar al restaurante Locanda Don Serafino. Un sitio único, no sólo por su comida de la mano del chef Vincenzo Candianocon 2 estrellas Michelín, y una interesante carta de vinos que incluye al menos mil etiquetas de todo el mundo, sino también por su ubicación en los antiguos puntos bajos adyacentes a la Iglesia de los Milagros (monumento de la Unesco) en Ragusa Ibla.